lunes, 25 de febrero de 2008

HIJOS DE LAS PATERAS

Noticia de un rescate ¡Qué hermoso niño! La enfermera que lo sostiene lo muestra a la cámara. El blanco de la tela que lo envuelve hace resaltar el tono azabache de su piel. Cerca, su madre, casi otra niña, extenuada por el esfuerzo de parirlo y por el largo viaje que acaba de realizar. Un símbolo de la lucha por sobrevivir.Sentados delante de nuestros televisores, nos regocijamos de haberlo rescatado de un destino cruel. Nos sentimos un poco mejores, menos culpables del sufrimiento ajeno.

Luego vendrán los papeles, encontrar un trabajo, un techo donde vivir.... El niño crecerá e irá a la escuela. Vendrá la edad de las preguntas.-Mamá, ¿dónde está mi familia? ¿De dónde somos? ¿Por qué estamos aquí?
Cómo explicar a un niño tantas cosas. Cómo contarle que fue la desesperación lo que le obligó a abandonar su aldea, que atrás quedaron los suyos; la sequía, la terrible hambruna, ese largo y penoso viaje sin más equipaje que el deseo de sobrevivir; su preñez a la fuerza; la patera; el océano inmenso; la esperanza como faro; el rescate.
No, no podría contarle todo eso a su niño, al menos todavía no. Buceó en su memoria y vinieron los recuerdos. Aquellas historias contadas por su abuelo en la orilla del río. Cuando los campos eran verdes praderas y no faltaba el maíz y la mandioca. Kirikú. Sí, le contaría la historia, tantas veces escuchada, de Kirikú.
“Kirikú era un niño diminuto y valiente. Todavía en el vientre de su madre gritó tan fuerte su deseo de salir, que acabó por "darse a luz" él mismo. Pronto supo que su villa africana estaba aterrorizada por la maldad de la bella bruja Karaba, que había desecado la fuente del pueblo y hecho desaparecer misteriosamente a los valientes que fueron a enfrentarse con ella. Decidido a vencer a Karaba, pero también a conocer las razones de su maldad, el valeroso Kirikú hizo un viaje bajo tierra para encontrar al Gran-Padre, el único que podía responder a sus preguntas”.
Algún día, hijo, tu serás como Kirikú, harás un gran viaje para encontrar al Gran-Padre y tendrás todas las respuestas. Ahora duerme y sueña. Sueña.....

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